BARCOS ELÉCTRICOS

El cuidado del medio ambiente es una tarea que incumbe a todos, y en el sector náutico están cada vez más concienciados con la preservación del entorno. Además de reducir gastos a medio y largo plazo con la energía eléctrica.

Estamos viendo cómo evoluciona el mercado de los coches eléctricos pero en los barcos los cambios son más significativos, si cabe. Hace tiempo que existen los motores eléctricos fueraborda. Gracias a ellos, nos olvidamos de poner gasolina, del aceite y de las revisiones. Llegamos al barco y sacamos del interior la batería que hemos dejado cargando el día anterior. Vamos con nuestra pequeña neumática por una cala y no molestamos con el ruido a nadie, además de no contaminar.

Con la evolución de las baterías (los motores eléctricos existen desde hace muchísimo tiempo) se están preparando leyes que imponen el motor eléctrico, para evitar la contaminación y el ruido. Es el caso de los canales en Holanda y Venecia.

Por otro lado, los astilleros han visto la oportunidad de negocio. Los prototipos de los primeros motores eléctricos que funcionaban con placas solares fueron catamaranes, por su ligereza y gran superficie para poner placas solares, eran ideales para probar los primeros motores con este sistema solar.

En la actualidad, empresas como Silent Yachts o Azura Marine están vendiendo un gran número de catamaranes de hasta 80 pies completamente eléctricos.

También hay veleros con motor eléctrico. Sin embargo, menos astilleros de veleros están desarrollando esta posibilidad ya que en este tipo de embarcaciones no es tan relevante el uso del motor, obviamente. Un ejemplo de velero eléctrico es el Salona 46 Oceanvolt, dispone de baterías que permiten 5 horas de navegación.

Si lo pensamos, para la mayoría de las salidas que hacemos a vela sobran esas 5 horas de autonomía, incluso para destinos cercanos. Es decir, no echaríamos de menos el motor de combustión excepto para cruzar a las Baleares desde Alicante, por ejemplo.

Además, muchos barcos cuando llegan a puerto conectan el cable de carga de baterías para tener activa la nevera u otros servicios de a bordo. Con lo que no tendríamos que hacer nada nuevo.

El mercado también ofrece lanchas de esloras pequeñas, 8 metros o similares, con motores eléctricos sin placas solares, de carga en pantalán, para recorridos cortos. Para el baño cercano son muy adecuadas.

Otra opción son los sistemas mixtos en grandes buques comerciales de carga y pasaje, 100 metros de eslora y superiores, es decir, un motor eléctrico y un generador. ¿Por qué? Pues porque son dos máquinas más sencillas. El motor eléctrico súper sencillo y el generador diesel, más que un motor diésel.

Tampoco se puede olvidar el sector del transporte marítimo donde los buques eléctricos ya son una realidad que está revolucionando la contaminante industria del transporte marítimo y de carga. Naves cien por cien eléctricas están listas para navegar entre los concurridos puertos de Amberes (Bélgica), Ámsterdam y Róterdam (Países Bajos), lo que reduce el número de portacontenedores diésel que transportan mercancías.

Entre los avances tecnológicos de náutica de cara al cuidado de los mares y el respeto al medio ambiente, no podemos dejar de mencionar los AZIPOD (nombre registrado por ABB), la tecnología que revolucionó los barcos de crucero. El Azipod es una unidad de impulsión náutica que consiste de una hélice de paso fijo montada sobre una góndola direccionable (“pod”) dentro de la cual se encuentra el motor eléctrico que mueve la hélice, ofreciendo una gran maniobrabilidad al buque.

Igualmente, hay empresas que electrifican barcos, integrando en la embarcación los componentes necesarios para el accionamiento eléctrico y aportando soluciones para reducir el consumo de combustible, las emisiones de CO2 y los niveles de ruido. Es el caso de Azimut, en su instalación de baterías y sustitución del sistema de propulsión.

Las ventajas son muchas: Más ecológicos, más silenciosos, menor mantenimiento, más ligeros, liberan espacio en los barcos para otros usos. Menor consumo.

«Yo, como usuario de coche eléctrico, tengo uno VW Golf, estoy sorprendido con el mantenimiento, 62.000 kilómetros y cero euros gastados en mantenimiento del motor; la suavidad de funcionamiento y el bajísimo consumo.

Mi recomendación es siempre motor eléctrico, si el plan de navegación lo permite, porque el motor eléctrico es claramente hacia donde se dirige la industria a la vez que hacemos un mundo mejor y más habitable gracias al desarrollo sostenible.» Antonio Serrano Mora (Gerente de Fénix Yachts)